Entre cazadores

Entre cazadores
por Simón Pavel, poeta popular de Santiago

Dígame, compadre Ampuero
¿por qué me hace la de Lucas,
por qué me espanta las diucas
que vienen a mi trampero?

Cada día más diablito,
¿qué cree que me la trago?
Yo no le creo a los magos
aunque vistan de angelito
también que sea delito
cazar, pero usted les mata,
no va a decir que esa cata
vino a posarse en su mano,
por creerlo más humano…
¡y que la mató una gata!

No es tanto pa’ que se asuste
cuando usted anda tras lo mismo
había que ser muy gringo
pa’ creer en este embuste.
Puede que a usted no le guste
que yo también me dedique
a cazar los flacos tiuques
****¹
pero usted, compadre Ampuero,
se pasa y le echa con pique.

Usted les mata y no es eso
lo que se busca, compadre.
No le justifica el hambre
a atentar contra el progreso
mire y verá que a lo lejos
se levanta una montaña
el humo de las cabañas
hace que se vea gris,
hay que dejarlas vivir
por lo que vendrá mañana.

Sí, pues aunque no lo crea
nos servirán de alimento,
¿para qué perder el tiempo
en tan ingrata tarea?
Y para que usted lo vea
liberaré estos zorzales
que irán a los manantiales
a continuar su labor
y no me dirá, señor,
que abuso con los mortales.

¿Se fija lo razonable
que es dejarlos escapar?
Si Dios prohibe matar,
¿por qué lo hace usted, compadre?
Mostrémonos más amables,
sigamos los dos la ruta
si encontramos una ambruca
dejémosla hacer su nido,
lo único que le pido
que no me espante las diucas.

1  Ilegible en nuestro ejemplar.

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