El traidor de la salud
por Maresool, de Santiago.
Payaso fuera de pista,
comerciante sin comercio;
La carabina de Ambrosio
la tuviste siempre lista.
Si ahora pasas revista
a tu desbandada gente,
verás que por insolente
todos te han abandonado,
y hoy te encuentras más botado
que una colilla indecente.
Con el gremio has traficado
muchas veces lo has vendido
y a fe de ruin, mal nacido,
hasta al Gobierno entregado.
Tú, cobarde has traicionado
la clase trabajadora,
por eso, todos ahora
te repudian y condenan
y en su sentencia encadenan
tu vil conducta traidora.
Traicionaste los partidos
en que audaz has militado
y los has desprestigiado
con estridentes aullidos;
Hoy se hallan arrepentidos
de haber sido tus amigos,
los más grandes enemigos
que has de tener en la vida
y contra tí, en la partida,
serán terribles testigos.
Perseguiste a tus hermanos
de trabajo y sacrificio
vil amarrador de oficio
e instrumento de tiranos
con instintos inhumanos
siervo de latifundista
confeccionaste la lista
con numerosos obreros
que siendo tus compañeros,
tú diste por comunistas.
Cambiando el paso naciste
y aún los pocos que te siguen
–pobres miopes– no consiguen
dejar lo que sugeriste;
Con su candidez hiciste
de las tuyas sin demora
¡Víbora audaz y traidora!
Pero ya, zorro ladino,
se ha cumplido tu destino
y acabó tu cuarto de hora.