El hijo pródigo
Verso bíblico
por Raimundo Navarro Flores, poeta popular campesino de la provincia de Santiago.
CUARTETA:
Yo soy el pródigo hambriento
Que vengo desengañao
Buscando necesitao
De vuestra mesa el sustento
GLOSA:
Dispuso el pedir su erario
Para salir a rodar
No mirando ni un pensar
Que le saliese al donatario;
De su casa involuntario
Con juvenil pensamiento
Lo acaudillaba el lamento
De unos andrajos vestía
Miraba al cielo y decía:
“Yo soy el pródigo hambriento”.
Se destinó a pastoriar
Una manada de cerdos
Siendo rico estos recuerdos
Se ponía a imaginar;
En casa suele sobrar
El pan al último criado
Irme será bien pensado
Pero fui desobediente
Diré lo que me presente
Que vengo desengañado.
Pasó el anciano ese día
Sin saber de un regocijo;
“Parece que veo a m’hijo
Que tengo tanta alegría”;
Puso el anteojo y veía
A un caminante cansado
Luego que jué arrodillado
Se oyó que dijo una voz:
“Vengo por amor de Dios
Buscando necesitado”.
Al llegar pidió perdón
Calmando sus cortos pasos
Y el padre le echó los brazos
Y lo estrechó al corazón;
Tenía una confusión
Se le trocó en un contento
Le dijo él: “Padre” al momento
“Sólo un favor os obligo
De que conpartáis1 conmigo
De vuestra mesa el sustento”.
DESPEDIDA:
Al fin, con ánimo fijo
Hablaba el recién llagao
Dándole asiento a su lao
Y con amor lo bendijo;
Le dijo: “A ti me dirijo
Con suma benevolecia
Perdonarte es mi sentencia”
Le dijo él.,”Hijo querido,
Lo que has andado perdido
He llorado por tu ausencia”.
1 sic