El campesino orador
Por Águeda Zamorano, obrera de Santiago
Yo conocí un orador
que el campo fué su destino
nacido de campesinos
que dejaron en su honor
el ser un buen labrador,
además de inteligente
pues viviendo en este ambiente
muy junto con el cultivo
de su tierra muy altivo
fué cultivando su mente.
Pronto en el fundo adquirió
la fama de bien hablado
y un día muy enojado
el patrón se le acercó:
una respuesta exigió
por lo que a él le ofendía
cuando mi amigo decía:
“compañeros del sembrado:
somos los más explotados
por la vil oligarquía”.
“Mirad cómo el feudalismo
a costa de tu sudor,
de tu miseria y dolor
prospera con egoísmo;
ejerciendo el despotismo
que dicta su vanidad
y tú palpas la verdad”…
decía el campesinado
que le oía entusiasmado
predicar la realidad.
Ese señor no podía
aguantar ya más los insultos
de aquel campesino culto
y le amenazó ese día
con llamar la policía
para hacerlo encarcelar:
mas mi amigo sin temblar
le contestó harto altanero:
“Lo que digo es verdadero,
aunque me mande matar”.
DESPEDIDA:
Se supo al día siguiente
que en la noche fue sacado,
de su rancho fue llevado
sin saber nada al presente;
pero asegura la gente
de que ha muerto con honor
y al recordar su valor
de algo más están seguros:
que no ha muerto en el futuro
el campesino orador.