El arriero
Por Juan José Tapia (poeta popular de Iquique)
Yo tengo siete burritos
uno es de color rosillo,
un piel de rata sencillo,
el más humilde es negrito
el orejudo, blanquito,
el tococo es el puntero,
acorbinao el sillero,
muy chúcaro es el mohino
y bonito es el destino,
pues no hay como ser arriero.
Cuando me voy a campiar
montado en tal corbina
me gusta dirme a la cima
y desde arriba mirar;
y el espacio dominar
contemplando el infinito,
los seres son pequeñitos
que no alcanzo a comprender
hombres con tanto poder
veo el mundo chiquitito.
Si yo me queo en el cerro
en las noches de verano
las estrellas con la mano
tocarlas tamién yo quiero;
lo mesmo con el lucero
y con esas tres Marías
y las tres chepas unías
que rebrillan pestañeando,
vaya usté pues anotando
todo esto que es fantasía.
Antes de que cante un gallo
me coloco las ojotas
el calzón, tamién la cota
y con el hacha me entallo;
la dejo q’uer como un rayo
sobre el litre ya maduro
y sin tener mucho apuro
con la herramienta en la mano
derribar a centenarios
puedo yo, se lo aseguro.
DESPEDIDA
Al fin, la leña cortá
en mi tropilla la cargo
la llevo así, por encargo,
pa la gente e la ciudá;
si topo a la peor es ná,
empleada del despachero,
como soy roto sincero
me la convido a pasear
queriendo se hace de rogar
mas no hay como ser arriero.