El amor en las palomas
Por Miguel Luis Castañeda, poeta popular de Cogotí
CUARTETA:
Las palomas arrullando
refugiadas en aleros
allí en cuyos dormideros
sus amores van guardando.
GLOSA:
Quien quiera muy fino amar
que observe bien los pichones;
hallará bellas lecciones
muy dignas de aprovechar;
hay ternura que imitar
a esas aves admirando,
todos los que están amando
y otros en su pololear
mirad hacia el palomar
las palomas arrullando.
Ya he visto las palomitas
–como un ejemplo divino
después de escuchar sus trinos–
espulgar sus cabecitas;
de esas tiernas avecitas
como diciendo te quiero
se oye un cucú plañidero
formando idilio amoroso
y después buscan reposo
refugiadas en aleros.
Gracioso es su galanteo;
conjugando el verbo amar,
se empiezan a acariciar
con un fino pololeo;
en sus horas de recreo
se besan con tal esmero,
con ese amor verdadero
que es común en los amantes
y su arrullo es arrogante
allá¹ en cuyos dormideros.
Al alba, como una diana
me despiertan con su arrullo
anunciando los preludios
de una hermosa mañana;
Los oigo desde mi cama
cuando el día está blanqueando;
un rato quedo pensando,
quisiera entender su idioma,
de cómo es que las palomas
sus amores van guardando.
DESPEDIDA:
Las palomas lindas aves
saben amar y sentir
ellas no saben mentir
y su ternura es muy suave;
Y todo el mundo lo sabe:
son portadoras de paz.
Siempre andan en libertad
y no olvidan su querencia,
Dios les ha dado esa herencia
de amar a la Humanidad.
1 Hay diferencia con la cuarteta.