Dulce patria¹
por René del Cerro. Poeta Popular de Linares
¡Patria! escucha mi verso
junto a peumos y olivos olorosos
mientras el sol esplendoroso
inunda tus campos tersos;
idílico Edén de mi universo
estoy de pie para ofrendarte,
canto de paz a tu estandarte,
a tus hijos, a tus mares y desiertos.
De allí donde ruge el viento
he venido, patria, a saludarte.
De aquellas remotas gestas
donde el indio altivo fué
heredastes la altivez
de aquella raza enhiesta;
luego tiño la floresta
de roja sangre patriota
cuando el godo con su bota
perpetuaba su mandato,
pero a ese rey insensato
Patria, le diste respuesta.
Otros después conspiraban
queriendo hollar mi país
pero no cambia el matiz
bajo tus cielos que azulan
torrentes de oro circulan
después que vino la paz,
el norte abrió su faz
dando fértil mineral
y brilló el dorado trigal
sobre su suelo feraz.
El mundo valoró tus dones
de madre naturaleza
y te brindó con presteza
fraternidad de naciones,
entre tus bellas acciones
orgullo del pabellón
el verso de tu canción
va señalando sincero
ofreciendo al extranjero
asilo contra la opresión.
Desde la pampa ardiente
hasta el gélido insular
viniéronse a cobijar
exiliados y emigrantes;
pero algunos visitantes
algunos digo, no todos,
quieren pagar a su modo
y dejan cierto infortunio
al usar en su premio
cobre, salitre y yodo.
¡Oh! dulce patria hermosa
con tus costas dilatadas,
ya vislumbro la alborada
cual estrella luminosa.
Hay un pueblo que te endiosa
sólo desea tu bien
que la paz cubra tu sien
sin mácula y con honor
y arome el aire la flor
del rojo copihue, también.
1 El título y autor los deducimos, ya que está roto el ejemplar