Despedida de angelito
Por Rosa Araneda, gran poetisa popular del pasado
CUARTETA
Adiós, mi madre amorosa
ya se va su hijo querido
a la mansión del Olvido
en esta hora piadosa.
GLOSA
Adiós, luminoso altar,
donde me están celebrando,
hoy me voy a ir cantando
a otro hermoso lugar;
y yo espero que’ei de hallar
a la Ciudad Santa hermosa,
que allí la virgen gloriosa
me tiene un trono consigo
y antes de partir yo digo
adiós mi madre amorosa.
Adiós, mesa donde estoy
pensando en marchar al cielo,
lleno de gracia y anhelo
me encuentro en el día de hoy;
para la gloria me voy
contrito y arrepentido
de la inocencia vestido,
triste, con pena y lloroso,
de su presencia con gozo
ya se va su hijo querido.
Adiós, mundo engañador
que engañas a los mortales
y yo a los coros reales
iré por ver al Señor;
con sentimiento y dolor
de todos ya me despido,
porque mi destino ha sido
morir antes que pecar,
adiós, que me han de llevar
a la mansión del olvido.
Adiós, la vida ilusoria
del planeta en que viví
ya salgo y digo ¡ay de mi!
en viaje para la gloria:
he de cantar la victoria
y mi alma será dichosa
sin que me falte una cosa
digo sin ningún desliz
y espero que seré feliz
en esta hora penosa.
DESPEDIDA
Al fin, madre, no me sienta;
le suplico sin demora,
porque si acaso me llora
mi pena más se aumenta;
pronto yo daré mi cuenta
al Señor sacramentado
y espero ser perdonado
y nada ha de padecer,
sin poderme detener
me separo de su lado.