El testamento del indio
por Ismael Sánchez, poeta popular de Santiago
CUARTETA
Cuando cayó el indio muerto
de espalda mirando al cielo,
para darles un consuelo
nos dejó este testamento.
GLOSA
Sé que seré perforado
por la codicia del hombre,
que me cambiarán de nombre
cuando sea enajenado,
cumpliendo con el sagrado
deber para con los nuestros
que vendrán desde el desierto
en busca de la vida a fin,
fué lo que alcanzó a decir
cuando cayó el indio muerto.
Sé que seré traicionado
por aquel mejor amigo
que puso a Dios por testigo
cuando lo tuve a su lado;
luego seré torturado
y nadie por mi hará duelo,
mi sangre irá en arroyuelo
a convertirse en diamantes
y me llevarán los yanquis
de espalda mirando al cielo.
Ya no tengo escapatoria
se han olvidado de mí,
y mi sangre ha de nutrir
a los que mandan ahora.
Si alguien escribe la historia
le pido observar con celo,
si de mi quedara un pelo,
que este pelo se haga luz,
que alumbre de Norte a Sur,
para darles un consuelo.
Les pido a mis compatriotas,
si no es mucho el sacrificio,
desahuciar los compromisos
que a Chile le dan derrota;
su existencia se agota
y siento cerca el momento
en que llega el pasatiempo
a controlar mis despojos;
antes de cerrar los ojos
les¹ dejo este testamento.
DESPEDIDA
Por fin hallarán cavernas,
en el sitio que ocupara,
aquellos que me rodearon,
de mis tripas harán cuerdas,
dejé de ser la reserva,
y como burla al ladrón
me bautizó Salvador
con inaudito sarcasmo,
para más fácil robarme
lo que me dejó el Señor.
1 Hay diferencia con la cuarteta.