Reunión marítima

Reunión marítima
Por Juan Quiriñeo, poeta popular de La Rúa.

CUARTETA

Los peces ‘tan asustados
por la intervención de pulpo
que se mezcló en este asunto
sin que se le haya llamado.

GLOSA

Tienen toda la razón,
le conocen los atunes
y no en vano se reúnen
a estudiar la situación,
por sus obras el “Señor”
está bastante fichado
y muy mal recomendado
es la opinión del cangrejo,
que como parias verdejos
los peces ‘tan asustados.

Muy precisa la ballena
al hacer la intervención
dijo, el boche de Ecuador
me tiene crispá las venas;
van a sellar mi condena
aquí hay un poder oculto
que disfrazado de pulcro
esconde su identidad
habrá más rivalidad
por la intervención del pulpo.

Dijo el róbalo, yo emplazo
a mi amigo el pejerrey,
a que promulgue una ley
que ponga a salvo al palacio;
persigamos al diablazo;
yo dispongo de seis juncos
tengo confianza en que juntos
daremos caza al bribón,
al hábil embaucador
que se mezcló en este asunto.

Dijo la sierra: presiento
que no vamos a seguir
viviendo y que nuestro fin
se acerca por el momento
se crean resentimientos
que utilizará el malvado
en dos países aliados
que cuidan de nuestras vidas
y llega aquí el porquería
sin que se le haya llamado.

DESPEDIDA

Terminó la reunión
que fue corta y muy precisa.
A mí como era visita
me pidieron la opinión:
Yo aseguré que Ecuador
igual que mi patria Chile
no son naciones serviles
menos lo será Perú
y en prueba de gratitud
les di mis cinco jazmines.

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Entrevistando a Cachico

Entrevistando a Cachico
Por Juan Quiriñeo, poeta popular de La Rúa.

Cachico es un hombre de nuestros campos. Corredor de aventuras y conocedor de nuestras tierras, a las que vive apegado sin dar muestras de cansancio.

Nuestra primera pregunta
fué: ¿Cómo estaba el arroz?
–Muy bien granado, señor,
como no lo ha estado nunca.
Tal es así, que tres lucas,
paga el futre por cogerlo.
Distinto es para comerlo,
tiene otro precio por kilo,
pelado sin capotillo,
nos conformamos con verlo.

¿Cómo es eso? No entendemos.
Cuál es su alimentación?
la constituye, señor,
el poroto con el trigo.
¿Es usté algún inquilino?
–Peor que eso. Soy forastero
Si aquí hasta los tractores
comen del fondo hollinado,
y no hay sitio reservado.
ni para el mismo vaquero.

¿Ha notado algún progreso,
en los últimos siete años?
Nada que no sea daño,
y la caída del peso.
¿Quiere decirnos, con eso,
que usté también ´ta embromado?
Mucho, si los hacendados,
nos hacen cargar el muerto,
y todos los desaciertos,
los paga el asalariado.

¿Quiere decirnos el precio
que tiene este grano en era?
Este año las arroceras,
pagaron dieciocho pesos.
Y no se asuste por eso,
la impureza la descuentan.
Figúrese lo que cuesta,
después de purificado.
Quien quiera comer graneado
debe pagar los setenta.

Dice que no come arroz.
¿Es que nunca lo ha comido?
A precios prohibitivos,
¿cómo lo voy a hacer yo?
No me diga, por favor,
si no me alcanza el salario,
con sólo cien pesos diarios
con que me renta el patrón,
ni un guiso de macarrón
podría condimentarlo.

Díganos: Cuando trabaja
¿también le dan familiar?
Si, pero es pa despistar
otro juego se baraja.
¿Cuántos son los de su casa?
Mi mujer y tres chiquillos,
los que con otros sobrinos,
en un total ya de seis:
Como vosotros lo veis,
se confunden con el hilo.

De todos estos muchachos
¿cuántos hay matriculados?
El más grande en el arado.
Los otros cuidan los chanchos.
El más pequeño, en el rancho,
se queda con la Carmela.
No se merecen escuelas
donde poderlos mandar.
La suma debilidad,
los va dejando sin muelas.
(CONTINUARA)

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En clases de imaginación

En clases de imaginación
Por Juan Quiriñeo, poeta popular de la Rúa

CUARTETA

¿Cuál es aquél pajarote
que por castigo de Dios
fue al infierno y regresó
negro como carbón coque?

GLOSA

A ver usted, Margarita
¿qué sabe de los bípedos?
No señale con el dedo
El chincol, pues, señorita
–Vaya sentarse mi hijita,
¿no se le ocurrió que el jote?
Vaya usté al pizarrón, Roque
quiero probar su talento
vuela en busca de alimento
¿cuál es aquel pajarote?

Si no adivina, le meto
cuco de pasarlo a cuarto
–Debe ser algún lagarto
venido de los desiertos.
A sentarse. Usté. Mamerto,
dígame qué sucedió
porque se le condenó
a tan terrible tormento
–Según dice el testamento
que por castigo de Dios.

Venga el pizarrón, Bertita
probémosle a este varón
que haya algo a nuestro favor
de lo que se solicita.
El nombre de la visita
su color y a que voló
también a qué se debió
este viaje inesperado
tras algunos condenados
fue al infierno y regresó.

Su color es como ven
la noche oscura del limbo
por eso fué que los gringos
le bautizaron pidén;
el minúsculo jerjel,
el genuino bodoque,
dijo al Diablo; no le toques
deja que lleve sus plumas
y se bañen las lagunas
negro como carbón coque.

DESPEDIDA

Señores aquí termina
del acuático pidén
su historia, aunque no muy bien
descifrá por una niña
Pueden haber avecillas
muy parecidas a ésta,
las habrán unas con cresta
lo que no hay que confundir
en lo que puedo decir
como una razón concreta.

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Defendamos el petróleo

Defendamos el petróleo
por Joaquín Quiriñeo, poeta popular de Santiago.

NOTA: Aunque esta composición no se ajusta exactamente en la rima de sus versos a la forma tradicional de la poesía popular, se publica como una excepción al valor de su contenido.
Hacemos presente que la forma clásica de la rima es la siguiente: El primer verso de cada décima debe rimar en su última palabra en forma igual con el 4° y el 5°; el 2° con el 3°; el 6° con el 7° y el 10°, y, el 8° con el 9°.
Lo anterior sirve de respuesta a varias preguntas e insinuaciones recibidas.

CUARTETA

La tétrica ruina avanza
sobre nuestra angosta cinta
cortá la garra maldita
que estrangula la esperanza.

GLOSA

Yo apelo a vuestra prudencia
ya que no se justifica
por ser medida inaudita
vulnera la independencia;
entregar no tiene ciencia
no es producto de farmacia,
mientras siga la balanza
inclinándose al abismo
y por el camino mismo
la tétrica ruina avanza.

Pena es pá mi quedar solo
mis amigos han huido
simulando cierto olvido
van a entregar el petróleo;
con esa flauta Bartolo
sólo tocará la quinta
sinfonía, va prevista
clara igualita que el agua,
llegarán las aguas pardas
sobre nuestra angosta cinta.

Hay que cuidar el petróleo
los invito a que lo hagáis
si no te váis a quedar
sin agua y hasta sin óleo;
tus hijos quedarán moros
y ahora se necesita
que nos den los septembristas
su verdadera opinión
yo te dejo este podón
corta la garra maldita.

Tan pobre es el argumento
que me atrevo a declarar
que seguimos muy igual
compitiéndole al cangrejo;
en el andar, pues Verdejo
corre que el gringo te alcanza
enrédale con la manta
que se rompa las canillas
si te quita la bencina
estrangula la esperanza.

DESPEDIDA

Por fin si la maratón,
el gringo fuera ganando,
dile que le está esperando
María Constitución;
puede que tema el bribón
y se le caiga la huasca,
no ha de correr la potranca
está acostumbrá a la fusta
lo que es el petróleo nunca
se llevarán por la flauta.

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