Tres generaciones de poetas populares
NOTA: El caso presente es uno de los tantos casos en que las virtudes del poeta popular se heredan de una generación a otra. Se trata aquí de una antigua familia de San Vicente de Tagua Tagua, tierra de poetas populares y sitio en donde se realizó el celebre contrapunto entre el español don Javiera de la Rosa y el Mulato Taguada. Don Antonio Palominos es el abuelo materno y don Polinardo Paredes, el padre (ambos fallecidos) de don Luis Paredes Palominos, de profesión practicante, con clínica establecida en Puente 559, teléfono 89556, de la capital. El poeta Paredes, además, de sus colaboraciones, nos proporcionará otras de su padre y de poetas de su tierra.
El abuelo
Antonio Palominos
Verso bíblico
CUARTETA:
Pagar un bien con un bien
nunca verán por igual,
continuamente se ve
pagar un bien con un mal.
GLOSA:
Como le correspondió
el Rey Saúl al soldado
más valiente y esforzado
que en todas sus tropas vió;
a muerte lo sentenció
mirábalo con desdén,
de ese modo pagó a quien
tanta victoria le daba,
y David sólo intentaba
pagar un bien con un bien.
Prometió darle la mano
de su amada hija mayor,
si volvía vencedor
de su enemigo tirano;
y de envidia el Soberano
le tomó un odio mortal
y huyendo del orival,
emprendió David su viaje
en un Rey de tal linaje;
nadie verá por igual.
En otro prometimiento
le ofreció su hija segunda,
Micol, princesa fecunda,
de virtud y de talento;
Saúl desde aquel momento
aumentó su mala fe,
y en su persecución fué
con fin de darle muerte;
corresponder de tal suerte
continuamente se ve.
Una vez que el Rey dormía
David a la ruca entró,
y su vida respetó
aunque matarle podía:
“Rey, mi señor, le decía
nunca seré criminal”.
Saúl con sorpresa tal
le respondió “Hijo querido,
yo soy el que he pretendido
pagar un bien con un mal”.
DESPEDIDA:
Por fin, el Rey de Israel
en una guerra murió
y el deseo se cumplió
lo que predijo Samuel;
David generoso y fiel
sintió con grande dolor,
la muerte de su señor
de sus tres hijos amados:
así fueron estimados
los hombres de más valor.
El padre
Polinardo Paredes
Verso bíblico
CUARTETA:
La mujer samaritana
en la fuente de Jacob;
agua Jesús le pidió
pero se mostró tirana.
GLOSA:
Marchó el Señor de Judea
con todo su Apostolado;
dejó a varios bautizados
y regresó a Galilea;
así como se recrea
una época lejana,
se presentó a una anciana
en un pozo de virtud,
donde conoció a Jesús
la mujer samaritana.
Como a la hora de sesta
Jesús se allegó a la fuente,
donde se hallaba presente
una mujer honesta;
así como manifiesta
cuando el agua le pidió,
pero no lo conoció
que era hijo del Mesías;
ahí se vió arrepentida
en la fuente de Jacob.
Al pedirle de beber
ella se mostró tirana
y le dijo que en Samaria
un judío puede ser:
como dándole a entender
que él era el hijo de Dios;
el corazón trasminó
y dejó su alma en arreglo,
para convertir al pueblo
agua Jesús le pidió.
“¿Tu marido dónde está?”
le preguntó el Nazareno;
“Señor, eso es lo de menos”
le dijo. “No tengo ná”.
“Cinco has tenido no más”
Dios le dice y le declara,
ella le dijo con ganas:
“creo que sois un Profeta”
por esta razón tan cierta
ella se mostró tirana.
DESPEDIDA:
Al fin, ustedes verán,
disculpen lo mal fundado,
este verso fué sacado
por el libro de San Juan;
y los que presente están
deben conocer el plano
por orden del soberano
se formó todo el saber,
libró Dios con su poder
al pueblo samaritano.
El nieto
Luis Paredes P.
Los ríos de Chile
Con un brío encantador
corre el “Valdivia” hacia el mar,
arrulla en su singular
los trinos de un ruiseñor;
el “Toltén” murmurador
riega el campo floreciente,
el río “Bueno” paciente
va corriendo por la selva,
y jugando con las hierbas
va el “Cautín” con su corriente.
Circulando por colinas
por el medio de las flores,
va el “Maipo” con sus fulgores
por las montañas vecinas;
con sus lágrimas divinas
moja el “Mapocho” la arena,
con una terrible pena
que siente su alma confusa,
llorando el “Mapocho” cruza
la gran capital chilena.
El “Bío Bío” y el “Maule”,
el “Lontué” y el “Mataquito”,
va este cuarteto bendito
en una forma agradable;
el “Tinguiririca” afable
junto con el “Pajonal”,
más la luna original
que alumbra desde el Teniente,
rompe el brillante torrente
el tranquilo “Cachapoal”.
Muy tranquilo el “Aconcagua”
encantado con su brega,
en Valparaíso entrega
al mar sus límpidas aguas;
muy feliz el “Marga Marga”
lindos cánticos entona,
el “Claro” apenas se asoma
por el medio del follaje,
arrullando en su lenguaje
al igual que una paloma.
DESPEDIDA:
Por fin, termina el dilema
de los ríos ya nombrados,
muchos otros han quedado
como el “Teno” y el “Palena”;
esto es sólo una reseña
de los muchos existentes,
grandiosos y muy potentes
el “Renaico” mucho suena,
cubren las tierras chilenas
como estrellas fulgurentes.
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