Enfermo en el hospital
Por Fernando González, poeta popular de Rancagua
El domingo recién pasado
me visitó mi mujer,
de ella pude saber
que de mí se han acordado.
me sentía abandonado
porque nadie me visita,
la única mi viejita
se sacrifica por verme
ayudando pa´traerme
al lecho algunas cositas.
Hoy siento grande emoción
casi no puede escribir
para poderme decir
lo que hay en mi corazón,
si lo digo es con razón,
porque tengo sentimientos,
porque en mis duros tormentos
por los que yo he pasado
ni siquiera han preguntado
como van mis sufrimientos.
Es triste mi situación
aunque no soy el primero
porque esto de ser obrero
el sufrir es tradición
y aprovecho esta ocasión
para contar mi destino
que me ha puesto en el camino
de las más grande pobreza
como premio la tristeza
y el aprecio de un comino.
Hoy sólo los rancagüinos
de mi se han acordado
y peso a peso han juntado
para ayudar en mi sino
aliviando mi destino
de la manera más fiel,
gracias doy, pues, a granel
a cuantos me ayudaron
y gustosos colaboraron
con el compadre Manuel.
Y por fin agradecido
estoy de mis compañeros
por haber sido sinceros
de ayudarme como han podido,
una carga más he sido
debido a mi mala suerte,
hoy siento mi ser inerte
y mi esperanza perdida,
miro sin ganas la vida
y sólo abrazo la muerte.