Muerte del pino araucaria
por Ricardo Garrido S., poeta de Cunco.
¡Oh! Pino de recias hojas,
no eres un árbol cualquiera
con tu tronco y tus verdores
adornas la cordillera.
No andas detrás de favores
al dar frutos con cariño
como el padre bondadoso
reparte pan a sus niños.
Infinita es tu bondad;
pero el hacha traidora,
te derriba sin piedad
con su acción demoledora.
Allí es cuando en tu desgracia
el viento ya no susurra
y ya en el bosque no se oye
el canto de las caturras.
Llora el mapuche y el huinca
llanto amargo y sin consuelo,
lágrimas que por tu muerte
forman un gran arroyuelo.
Yo comparto tu dolor
defendiendo tu presencia
que de esfera arriba viene
el monstruo que te sentencia.