Testamento
Por Venancio Castañeda
Enviada por su nieto Luis Castañeda, quien la recogió de boca de su padre
Un día por la mañana
cuando se puso a testar
dijo que me iba a dejar
los rungues y la callana;
también una palangana
que mi madre fabricó
un anillo me dejó
qu’era de mi mama agüela
también toqué una vigüela
cuando mi padre murió.
Me dejó dos aparejos
que no tenían lomillo
también unos calzoncillos
y unos pantalones viejos;
un taurete y dos espejos
una lienza y un platacho;
las herraduras diun macho
y un cuero todo pulgüento,
y en este gran testamento
de herencia toqué un capacho.
También me dejó un violín
que no tenía clavijas
un lacito de verijas
y una soga de quilín;
una chaqueta de brín
qu’en la basura la halló;
un freno que lo compró
en una chaucha sin sello,
una camisa sin cuello
que de la agencia sacó,
También me dejó una saca
más toqué del pobre anciano
una suelita de mano
y el chuico en que hacía caca;
una rienda y una estaca
donde amansaba el caballo;
una gallina y un gallo
un combo y una barreta,
y de una vieja carreta
a mí me dejó dos rayos.
DESPEDIDA
Por fin, al morir mi padre
me dejó sus dos espuelas
un saco de corrigüela
y un perrito que me ladre;
una gorra que mi madre
se la pone y se la saca,
y una mesa con tres patas
qu’ él mismo la construyó;
también mi taita dejó
una trampa para ratas.
Nota: no se enuncia la cuarteta, pero está implícita.