Campesinos en las salitreras
Por Juan José Tapia, poeta popular de Iquique
Cuando era gallo cesante
pasé por l’Iris y la Centro
por Granja que está pa dentro
en esta tierra distante;
encontré rotos andantes
de mi pueblo y copiapinos
de Curepto y ovallinos
todos pegándole fuerte
y yo vi probando suerte
a miles de campesinos.
En la Iris fui a comer
en la fonda ‘e la oficina
más limpias son las cocinas
como ustedes pueden ver;
hay mucho que remover
en este infierno de veras
los platos y las teteras
son cacharros todos rotos
y así comiendo porotos
he visto en las salitreras.
Es algo harto deprimente
ver como de esta manera
tratan a la clase obrera,
la clase más eficiente;
pa vivir en buen ambiente
sin comerciantes indinos
que envenenan con el vino
tal como Urriticochea
que hecho guiñapos desea
ver al obrero pampino.
Este español es negrero
trae la gente enganchada
del sur la lleva engañada
ofertando buen puchero;
los convierte en calicheros
y después les arma guerra,
les hace la vida perra
a esos pobres campesinos
que maldiciendo el destino
se recuerdan de su tierra.
DESPEDIDA
En sus camiones de carga
conduce a los obreros
como si fueran corderos
por la pampa que se alarga;
tragando la chusca amarga
vuela sus cotas al viento
rojas banderas presiento
el martillo del pampino
y la hoz del campesino
unidos en el desierto.