Al guerrillero
Por Alberto Rodríguez, poeta popular de Villa Alemana
CUARTETA
En un caballo fogoso
Rodríguez viene bajando,
a su patria va llegando
el guerrillero glorioso.
GLOSA
Manuel Rodríguez valiente,
la cordillera cruzando,
su patria le está esperando
para hacerse independiente;
como un curita inocente
cruza el pueblo cauteloso
y un mensaje misterioso
trae del Libertador
jineteando con valor
en un caballo fogoso.
Siempre él se daba maña
para burlar a los godos,
lo hacía con acomodo
en incontables hazañas;
de peón, con su guadaña
se le veía segando,
otras veces un piño arriando
por unas verdes laderas,
cruzando la cordillera
Rodríguez viene bajando.
De San Bruno era temido;
lo mismo Marcó del Pont,
cuántas veces tuvo el don
de engañar al presumido;
fué valiente y atrevido
y en la lucha fué forjando,
las tropas organizando,
los Húsares de la Muerte,
por los grandes contrafuertes
a su patria va llegando.
Nunca le tembló su acero
en las más cruentas batallas,
en medio de la metralla
en atacar fué muy fiero;
fué paladín caballero,
muy sincero y generoso,
tuvo gestos muy hermosos
con su pueblo muy querido,
libertando al oprimido
el guerrillero glorioso.
DESPEDIDA
Al fin le quitan la vida
por envidia los cobardes,
lo sacaron una tarde
en un coche a escondidas;
y de una escolta seguida
bien armados de fusil,
en las tierras de Tiltil
por la espalda lo asesinan,
sus piernas jamás vacilan
desde el principio al fin.
OFRENDA
Para tí, Manuel Rodríguez,
de laureles esta corona,
este poeta te dona
un ramito de copihues;
los traje desde Llanquihue
en tu corcel cabalgando,
y en la LIRA estoy cantando
tus recuerdos, guerrillero,
asombraste al mundo entero
y yo lo estoy recordando.