A los detractores de Castro
por Rafael Martínez Navia
Hay gente sin lealtad
que miente y no se sonroja
yo conozco a quien se enoja
porque dicen la verdad;
este tal sin dignidad
confirma su condición
pues la flamante opinión
de tan aguada mollera
el mar es la cordillera
y Méjico es el Japón.
Habla de industria y de arte
con manifiesta ignorancia
luego mide la distancia
que hay de la luna hasta Marte:
dice que el mar forma parte
del sistema planetario
y hace un feliz comentario
de los que encierra Tolón
todo de un modo contrario
a la ciencia y la razón.
Librate de un hombre tal,
jamás tus puertas le abras
aunque tiene más palabras
que letras tiene un misal;
éste es un hombre fatal
ponzoñoso y adulón
mentir es su profesión
pero su paga no es mucha
siempre convierte en copucha
cualquier conversación.
Lleva en su lengua el veneno
como el más inmundo bicho
pero niega lo que ha dicho
si lo llaman a terreno:
es aborto del Averno
del doblez y la ficción
espiando como el ratón
vive en continua acechanza
para ejercer la venganza
sólo mata a traición.
DESPEDIDA
Tal es la ley de ese hombre
enemigo del honor
que no conoce el amor
nada más que por el hombre:
pido que nadie se asombra
ni confundido se acueste
porque este caso se preste
a maligna confesión
yo sé que en nuestra nación
hay muchos casos como éste.